El paso de Dyatlov, la morada de la Muerte.

Dyatlov 1

Hoy por fin es viernes y muchos de vosotros vais a salir por la noche -servidor aprovechará para ver alguna película y frikadas por el estilo-, morada de muchos miedos y temores del ser humano. La noche todavía hoy guarda muchos misterios en diversos lugares, parajes encantados o que tienen una atmósfera aterradora. Precisamente de uno de estos parajes os voy a hablar en este artículo: El Paso de Dyatlov.

El Paso de Dyatlov se encuentra al norte de los montes Urales -Rusia-, más concretamente en la ladera este de la montaña llamada Jolat Siajl. Este nombre de por sí no dice nada, pero en el idioma de los Mansi -la tribu nómada que vive en esas tierra- significa Montaña de la Muerte. Toda esa zona montañosa está considerada maldita y recibe nombres como No vayas Allí, Sendero del Averno

En 1959 se reunieron en el norte de los Urales diez experimentados montañistas y esquiadores de la antigua Unión Soviética para realizar una expedición que tenía todos los números para ser divertida; realizando rutas ya conocidas y esquiando, esa expedición serviría para entrenar en vistas a una futura expedición a la Antártida. El líder de la expedición se llamaba Igor Dyatlov y el equipo estaba formado por dos mujeres y ocho hombres.

Dos días antes uno de los expedicionarios, Yuri Yudin, cayó enfermo repentinamente y causó baja en la expedición. Así pues, cuando todos los preparativos estuvieron listos siete hombres y dos mujeres iniciaron su particular viaje.

Ninguno de ellos sobrevivió.

El destino del grupo era la montaña Gora Otorten; una vez allí seguirían una ruta de unos 100 kilómetros al sur a lo largo de la cresta principal de los montes Urales, hasta el pico Ojkachahl. Llegados a ese punto seguirían hacia el norte siguiendo el río Toshemka. Una expedición excelente para preparase para las duras y exigentes condiciones antárticas.

Según los mapas de Dyatlov, siguieron el valle del río Auspii hasta llegar a la base de la montaña Kholat-Syakhl, situada a unos 10 kilómetros de Gora Otorten. El primer destino ya estaba cerca, y colocaron en ese emplazamiento el campamento. Todo apunta a que llegaron al lugar la noche el 1 de febrero. Todos y cada uno de ellos murieron esa misma noche.

Dyatlov 2

Todo parece indicar que el grupo debía haber llegado al campamento de Vizhai el 11 de febrero, pero no fue así. Tras una semana en la que no tuvieron noticias de la expedición, las familias pidieron al Instituto Politécnico que los buscaran. Se inicia el rastreo pero la dificultad de la zona y el clima hace inevitable pedir ayuda militar y civil. Finalmente el equipo de rastreo encuentra el campamento abandonado en la ladera donde acamparon por primera y última vez. Al parecer esa zona era famosa por los aludes, que se producían con facilidad pero esa noche no hubo ninguno.

Nada más llegar al lugar encontraron una tienda de campaña cubierta de nieve y destrozada. Dentro de ella no había rastro alguno de los jóvenes, pero en cambio pudieron ver que todas sus pertenencias, ropa y zapatos incluidos, estaban allí. Extrañados, los miembros del equipo de rastreo rodearon la tienda y vieron numerosas huellas de pisadas, al menos de ocho personas. Todas eran de pies descalzos o con un solo zapato sin rumbo fijo, más bien caótico. Una huida apresurada.

El líder del equipo de rastreo, Mikhail Sharavin, decide explorar la zona de los alrededores y a unos 500 metros de la tienda, junto a un árbol encuentra los dos primeros cadáveres: ambos estaban descalzos y en ropa interior aunque el frío que reinaba era helado. Sus cuerpos yacían cubiertos de ramas caídas del árbol, cuyas ramas habían sido quemadas hasta casi cinco metros de altura. Pero no fue eso lo que más impactó a Sharavin; más tarde cuando el forense investigó el tronco se percató que estaba cubierto de trozos de piel y carne humana. Volvió a mirar los cadáveres y pudo ver que sus manos estaban totalmente destrozadas; todo apuntaba a que intentaron trepar desesperados por las ramas y estas cedieron a su peso. ¿Qué vieron esa noche que les hizo salir corriendo de la tienda sin vestirse para después intentar subir a un árbol desollándose las manos?

Cerca de esa pavorosa escena, a unos 270 metros, encontraron el tercer cadáver. Era Igor Dyatlov. Estaba tumbado boca arriba con la cabeza en dirección a la tienda; sujetaba una ramita con una mano mientras que con la otra se cubría la cara, protegiéndose. ¿De qué?

Otros 180 metros más adelante hallaron un cadáver más, cubierto de nieve y con una horrorosa fractura de 17 centímetros en la cabeza. No había árboles en las cercanías, por lo que no pudo caer desde gran altura. ¿Fue golpeado?

Cerca de esos cadáveres vieron sangre y encontraron otro cadáver más. Al parecer fue el que estuvo más cerca de regresar a la tienda después que todos hubieran huido. La sangre encontrada no parecía ser de ese cuerpo en concreto.

Regresaron de nuevo al punto de origen, la tienda, y se dieron cuenta al examinarla que estaba hecha jirones. Lo sorprendente e intrigante del hallazgo era que los cortes no se produjeron desde el exterior, sino desde el interior: fueron los propios chicos los que en un intento desesperado de huir -¿de qué o quien?- rasgaron la tienda sin pararse siquiera a abrirla por las cremalleras de la entrada.

El resto de la expedición apareció una vez se produjo el deshielo, en un barranco de cuatro metros de profundidad y muy cerca del lugar donde aparecieron los dos primeros cadáveres. Al contrario que los anteriores cadáveres, éstos iban vestidos pero con prendas al azar como si lo hubieran hecho pero con prisas. Todos los cuerpos presentaban grandes daños: uno de ellos tenía fracturas simétricas en las costillas y hundimiento de la caja torácica a la altura del corazón, otro tenía las costillas del lado derecho rotas, un tercer cadáver presentaba el cráneo completamente aplastado. El cuarto cuerpo… simplemente estaba allí muerto.

Minutos más tarde, descubrieron algo desconcertante: uno de los cuatro cadáveres tenía la boca muy abierta y sin la lengua ni la carne que recubre la cavidad bucal….

En los funerales, muchos familiares afirmaron que la piel de los fallecidos era de un color anaranjado y sus cabellos se habían vuelto grises; además altas mediciones de radioactividad fueron encontradas en las prendas analizadas. Todas pertenecían curiosamente al cadáver sin lengua.

Dyatlov 3

¿Qué ocurrió realmente la noche del 1 de febrero? Muchas son las teorías que se barajan, desde un ataque alienígena, militar, el yeti o fenomenos tales como radioactividad o avalanchas. El caso es que no se sabe a ciencia cierta lo sucedió, aunque los forenses intentaron recrear la escena de aquella fatídica noche.

Según el estudio de los expertos todos los fallecidos murieron de hipotermia al haber temperaturas de hasta -20 ºC en la zona del suceso. Las fracturas de tres de los cadáveres eran mortales, pero no se descartó que la hipotermia fuera la causa final de la muerte final o acelerante.

Como he dicho antes, nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrió, pero curiosamente el caso está documentado al detalle en base a las suposiciones de los forenses. Tomando fotos hechas por el equipo de rastreo y los diarios de la expedición fallecida, se trató de reconstruir todos y cada uno de sus pasos:

Todo transcurrió sin accidentes hasta llegar al lugar donde acamparon; comieron entre las seis y las siete de la tarde -como demostraban el contenido de sus estómagos-, y la muerte sucesiva de los nueve montañistas se produjo entre los intervalos que van desde las 21.30-23-20 del 1 de febrero y las 01.30-02.45 de la madrugada del 2 de febrero. Fue en el primer intervalo cuando los expertos sospechan que se produjo lo que ellos denominaron evento desconocido, algo que aterró tanto a los excursionistas que les impulsó a romper la tienda desde dentro para huir colina abajo sin ropa ni calzado, señal que el peligro que les acechaba en la tienda era mucho peor y horrible que morir de frío.

Se dispersaron en tres direcciones distintas, en tres grupos separados, pero de alguna manera lograron reunirse cerca del árbol donde encendieron el fuego. La hoguera podía atraer a aquello que los tenía aterrorizados, pero se mueren de frío y no pueden volver a la tienda, ya que «eso» sigue en la tienda. Llegados a este punto los expertos barajaron tres hipótesis para explicar la muerte de los primeros dos cadáveres: subieron al árbol para protegerse de algo, o intentaban conseguir más leñas para el fuego o intentaban alcanzar un punto de visión mejor y así observar la tienda -y ver si podían volver-. A causa del frío seguramente ni notasen que se destrozaban sus manos al trepar por el tronco. Ellos fueron los primeros en morir, y quizás sus compañeros les cubrieron con ramas. Acto seguido, se vuelven a dividir; Dyatlov y dos más deciden acercarse a la tienda pero van cayendo sucesivamente. Los tres mueren de hipotermia, pero Dyatlov parece protegerse de algo y otro de los cadáveres tiene una herida en la cabeza.

Los cuatro miembros restantes de la expedición se esconden (¿de qué se escondían?) y es entonces cuando sufren las lesiones, parecidas a los de un accidente de tráfico. Pero son muy extrañas, ya que dañan el interior pero no producen ninguna lesión ni hematoma externo: los forenses lo atribuyeron a la hipotermia, pero parece muy poco probable que a pesar del frío no hubiera ninguna marca de golpes en los cuerpos y en cambio estuvieran reventados por dentro.

El tema, hoy en día, continúa levantando muchas dudas y sembrando rumores muy variados. Pero es que los hechos son tremendamente extraños. ¿Qué ocurrió en esa montaña que aterró a esas nueve personas, empujándolas a huir a través del hielo sin ropa, realizar acciones desesperadas y ser atacados con una virulencia extrema?

Quizás nunca lo sabremos, quizás… no quieren que lo sepamos.

¡¡Saludos Bizarros para todos!!

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